Nuevo varamiento de miles de ejemplares de fardela negra: “Necesitamos tomar medidas urgentes”

El día 19 de abril, Verónica López recibió por Whatsapp un mensaje que la estremeció. El video mostraba un preocupante registro sobre el hallazgo de más de 3.000 individuos de Fardela negra (Ardenna grisea) muertos en las costas de Llico, en la región del Biobío. Sin embargo, dado que en los varamientos de este tipo llega apenas una parte de las muertes ocurridas en el mar, lo cierto es que no se sabe con certeza la magnitud de este fatídico evento.

Verónica López, gerenta de proyectos de la ONG Oikonos.
Verónica López, gerenta de proyectos de la ONG Oikonos.

Verónica López, quien se encuentra estudiando Comunicación Política en España, una vez más era testigo de un hecho contra el que ha venido trabajando durante más de cinco años en su calidad de gerenta de proyectos en la ONG Oikonos. Una labor que le ha permitido asumir como presidenta del grupo de trabajo de aves marinas de Chile que asesora a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), ser miembro del Acuerdo Internacional de Conservación de Albatros y Petreles (ACAP), e integrar al mismo tiempo el Grupo Núcleo de la Estrategia Nacional de Conservación de Aves para Chile 2021-2030. Tal como en tantas otras veces, esta veterinaria lloró embargada por una pena y frustración enormes pese a los cientos de kilómetros de distancia.

La investigación para determinar las causas sobre este incidente todavía está en manos del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), pero lo más probable es que las aves hayan muerto por ahogamiento en interacción con redes de pesca de barcos cerqueros. Por eso, una de las primeras medidas que encabezó Verónica López fue la elaboración de una declaración pública en conjunto con diversos expertos en la materia para condenar los hechos e instar a las autoridades competentes para que asuman su responsabilidad y así “lograr la coordinación que permita adoptar y probar diferentes medidas de mitigación y buenas prácticas pesqueras, que concluyan en normativas obligatorias”.

En el documento también se cita que un estudio reciente demostró que entre los años 2005 y 2019 existieron más de 97 eventos de este tipo, reportando más de 19.000 aves marinas varadas atribuidas a captura incidental asociadas a barcos cerqueros. Esa es la razón por la cual Verónica López ha estado trabajando también en la conformación de una red nacional de respuesta a varamientos de aves marinas, la que involucra a diversos estamentos y actores, pero ella misma recalca que ha faltado impulso para concretarla. Además, se requiere el importante aporte de la ciencia ciudadana: las personas que están paseando en la playa y encuentran animales muertos pueden colaborar a través de una denuncia a las autoridades.

“Las aves marinas son jurisdicción del SAG, pero el SAG ya no tiene entre sus atribuciones la conservación. Por lo tanto, ahí hay un vacío. Cuando el SAG va a ver un varamiento, va pensando en influenza aviar y otras enfermedades que puedan tener alcances a nivel productivo o de la salud de las personas. Se hacen estudios para determinar enfermedades y, por último, como descarte, se realiza una prueba de pulmón para ver si es ahogo y, en general, cuando el animal murió ahogado, se declara que murió por causas de redes de pesca”, explica López, agregando que estos estudios en general quedan en manos del SAG y no se informa a las instituciones encargadas de pesca de lo sucedido.

¿Es incoherente lo que ocurre con la fardela negra y otras especies, mientras por otro lado se aprueba el Plan de Recuperación, Conservación y Gestión (RECOGE) de la fardela blanca (Adenna creatopus)?

Es una buena pregunta. La fardela blanca al ser migratoria está dentro de un acuerdo internacional, y Chile tiene compromisos de conservación. Lo que nosotros hemos ido haciendo es avanzar con caballitos de batalla en distintas áreas de la conservación. Los planes RECOGE son una de ellas, y la fardela blanca es la primera ave marina que tiene un plan en Chile, el cual establece compromisos y responsabilidades de diferentes instituciones, pero no son vinculantes, por lo que si no lo cumplen no pasa nada; podríamos decir que son planes de papel. Las instituciones suscritas avanzan dentro de sus capacidades y buena voluntad. Es una especie que está en peligro de extinción para la legislación chilena y tenemos poblaciones bastante pequeñas, a diferencia de la fardela negra, que es la más abundante en el mundo. Cuando tenemos varamientos de este tamaño, lo que más vas a ver son fardelas negras, pero probablemente hay fardelas blancas. Se necesita diferenciarlas y las personas que responden al varamiento no están capacitadas. Son pasos que han sido muy lentos considerando la situación en la que estamos actualmente. Se estima que en estos últimos 70 años las poblaciones de aves marinas han disminuido en un 70%, y lo que está pasando en el último tiempo es mucho más grave que lo que había pasado en los últimos 50 años, entonces podemos decir que nuestras especies están empezando a desaparecer y necesitamos tomar medidas urgentes. ¿Cómo hacerlo sin presupuesto, sin las capacidades técnicas y sin el personal necesario? Es lo que ha pasado siempre con la conservación, que ha sido un área no priorizada, siendo que actualmente está descrita como la única forma de salvarnos, ya que cuidar la naturaleza mitiga el cambio climático. Pero todavía seguimos pensando que nos van a salvar los negocios. Nuestra visión es siempre a corto plazo.

La evidencia es bastante contundente en torno a estos eventos de mortandad masiva asociados a la pesca incidental, pero finalmente no hay ni siquiera sanciones contra los responsables.

No hay sanciones, porque hay varios temas. Primero, al ser declarado incidental, no es algo que uno quiera hacer, aunque cuando uno choca a otra persona en un auto, tienes que pagar igual. El problema radica que para la pesquería de cerco no existen todavía medidas de mitigación aceptadas. Por lo tanto, no tienen “ninguna forma”, entre comillas, para evitar matar las aves. Estos temas son sociales y estructurales. El Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) estudia con antropólogos y sociólogos las mejores estrategias para avanzar en cambios de conducta y concientización con los pescadores, porque finalmente cuando queremos hacer cambios, tenemos que hacerlos con ellos. Ya sabemos lo que pasa cada vez que imponemos una idea. Imagínate si a una tripulación le obligan a cambiar su forma de pescar de una día para otro porque mata aves, te tiras a la gente encima. Hay que realizar un proceso comprendido, consensuado y co-diseñado. Otra cosa que es fuerte, es que para los pescadores está normalizado que las aves mueran. Es como el machismo en Chile, que está normalizado. Entonces, si piensas que es normal, ¿por qué vas a hacer cambios? Si siempre ha sido así y funciona. Son varios componentes los que influyen en poder hacer los cambios. En estas pesquerías del sur donde ocurrió el hecho hay 500 barcos artesanales, de 18 metros de eslora; Chile es el único país de Sudamérica que considera un barco de ese tamaño como artesanal, en otros países son considerados industriales. Su capacidad es de 50 toneladas en bodega. Capturan sardinas y anchovetas, principal alimento de diferentes especies de aves, tortugas y mamíferos marinos como los delfines. Los peces capturados son transformados en harina de pescado para alimentar a salmones (3 kilos de harina de pescado produce 1 kilo de salmón); también se alimentan perros, chanchos, entre otros. ¿Cuáles son las prioridades actuales del uso de los productos del mar?

¿Qué ejemplos de medidas de mitigación y buenas prácticas pesqueras podrían implementarse para convertirse en normativas que sean obligatorias en la industria?

Hay una que se probó en México, donde se tira un chorro de agua cuando el cerco está cerrando para espantar a las aves, pero eso sirve para algunas especies. Hay una bomba de ruido también, que espanta, pero igual las aves después de un rato vuelven. También hay medidas más concretas como el trabajo de Albatross Task Force (ATF), donde se proponen modificaciones estructurales en la red, varias de ellas validadas desde un trabajo de consulta con los pescadores realizado por Oikonos y WWF en las pesqueras de cerco del norte. Hay medidas asociadas al ambiente también, por ejemplo, las condiciones climáticas afectan. Importante sería la prohibición de pesca cercana a islas de nidificación, ya que los padres se alimentan cerca de su crías. Las épocas reproductivas no son tan largas, pero se necesita concientización de estas necesidades por parte de los pescadores y la industria. Necesitamos avanzar en que la pesca sea sustentable para la naturaleza y para la vida de los pescadores. No podemos pensar que les vamos a quitar el trabajo y olvidaremos sus necesidades; todo lo que se haga tiene que ser pensando en cómo vamos con ellos avanzando. Los cambios se tienen que hacer desde adentro, pero vivimos en una sociedad capitalista, y lo que importa son las ‘lucas’. Para mí, lo que pasa con las aves es la demostración de cómo estamos funcionando como sociedad. Por algo son nuestros indicadores del océano, entonces qué está pasando con el océano: está lleno de plástico, estamos matando todas las aves, matando todos los peces, sin darnos cuenta que nos estamos quedando sin los principales recursos para nuestra propia vida.

¿Falta voluntad política para implementar cambios de ese tipo?

Diría que la voluntad está, te encuentras con muy buena disposición. ¿Pero tienen tiempo y recursos para implementar esas cosas? ¿Cómo se implementan si no están siendo priorizadas, y cuáles son las prioridades? Eso es lo más difícil. No es que falte voluntad, faltan recursos humanos y económicos para avanzar. El problema es el ser humano, no las aves, y cómo logramos cambios en el ser humano, esa es la pregunta que como sociedad nos tenemos que plantear para pensar en una vía hacia adelante. Estamos en una crisis social y ambiental. ¿Cómo vamos a seguir adelante en estas crisis, qué vamos a priorizar? Me encantaría tener las respuestas.

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