Por Deysy Maturana
Fundación Kennedy
Los humedales son ecosistemas de gran importancia para los procesos hidrológicos del planeta, entre ellos la recarga de acuíferos cuando el agua acumulada en el humedal baja hasta las napas subterráneas. Además, son muchas las aves acuáticas que dependen de estos ecosistemas para establecer sus rutas migratorias y de descanso, y los humedales son también el hogar de diversas especies amenazadas, pese a que dada su alta productividad pueden albergar poblaciones muy numerosas.
Se trata de ecosistemas únicos, donde el agua existente en los humedales altiplánicos corresponde al factor gravitante y fundamental que hace posible el desarrollo de la flora y fauna del desierto. Sin embargo, los humedales presentan un alto grado de vulnerabilidad.
En la región de Antofagasta es posible encontrar diferentes representaciones, como los humedales altoandinos, que se encuentran muy presionados por la actividad minera, y abarcan ecosistemas como salares, vegas y bofedales, entre otros. Por otro lado, están los humedales costeros, pertenecientes al ecosistema de la niebla, que es la transición al desierto más árido del mundo y que posee condiciones muy particulares. Entre ellas, las escasas precipitaciones; poca vegetación y, por lo tanto, poca retención de agua en el suelo; biodiversidad extrema adaptada a estas condiciones; y en particular en el caso de los humedales urbanos de Antofagasta, estar rodeados de una comunidad que no ha sabido apreciar el valor que poseen.
Como respuesta a este escenario es que nace el proyecto de conservación del humedal La Chimba, que luego de la declaración de Santuario de la Naturaleza y Humedal Urbano se pasó a reconocer su valor, convirtiéndose en un precedente único en Chile para la protección de otros humedales en la región de Antofagasta, desde aguadas costeras como La Cascada y Ojos de Mar en La Rinconada, hasta humedales de la cordillera de la Costa como el humedal del “kilómetro 12” (conocido también como humedal Salar del Carmen), que recientemente inició el trámite para ser reconocido como Humedal Urbano y así protegerlo como hábitat de distintas especies de flora y fauna. Todos se ubican en el límite urbano de Antofagasta y tienen algo en común: presentan una importante presión antrópica, la cual amenaza seriamente con la pérdida de estos ecosistemas a corto plazo, por lo que resulta urgente protegerlos.
Estos son ecosistemas especialmente frágiles. En el último siglo ha desaparecido el 70% de la superficie de humedales en el planeta, por lo que es imprescindible que tomemos acción. Es por esto que desde el equipo de voluntarios y voluntarias y la Fundación Kennedy se está trabajando para impulsar la protección de todos los humedales urbanos de Antofagasta y avanzar hacia la conformación de una red de humedales urbanos protegidos para la ciudad.
Biografía
Deysy Maturana Galleguillos es coordinadora de proyectos de la zona norte de la fundación Kennedy. Licenciada en Educación y Pedagogía en Biología y Ciencias de la Universidad de Antofagasta, cuenta con experiencia en educación medioambiental, gestión territorial e involucramiento de la comunidad en torno a proyectos de conservación.