“Si perdemos el estero y el humedal de Reñaca, vamos a perder la playa más rápido”

Humedal costero estero Reñaca. Crédito: Esteban Araya Silva.

Por: Tomás Moggia Cárdenas

Aprisionado por el aplastante desarrollo urbano, el humedal estero Reñaca ha logrado persistir durante los años pese a las innumerables presiones antrópicas a las que se ve sujeto día a día. Allí la naturaleza se aferra a uno de los últimos rincones que le quedan disponibles en medio de la vorágine citadina de Viña del Mar. Visto desde las alturas, paradójicamente, el estero Reñaca parece una cicatriz verde en medio de la gris ciudad.

Entre tanto cemento y edificaciones, este estero ha resistido como un corredor biológico que permite la conexión y el flujo de especies a lo largo de toda su cuenca. Y como tantos otros humedales costeros, la sección baja del estero Reñaca entrega servicios ecosistémicos que van más allá de su valor paisajístico, ofreciendo un sitio de descanso y alimentación para aves migratorias, controlando la erosión de la playa, y amortiguando y protegiendo la costa de eventos como las marejadas y los tsunamis.

A partir de antecedentes como estos fue que el 30 de noviembre de 2021 el municipio de Viña del Mar hizo entrega formal de la solicitud de declaratoria de humedal urbano para el estero Reñaca, la cual fue admitida por el Ministerio de Medio Ambiente en diciembre del mismo año. Desde esa fecha, de acuerdo a la ley 21.202 debían pasar un máximo de seis meses para que este ecosistema quedara protegido como humedal urbano. Sin embargo, el tiempo fue pasando y una serie de impactos e intervenciones fueron acumulándose, perpetradas tanto por el sector privado como el público.

Preocupado por el devenir del ecosistema, un grupo de la ciudadanía que ha estado siguiendo de cerca el proceso se enteró que el Ministerio de Medio Ambiente había solicitado, una vez culminado el plazo de los seis meses, una serie de prórrogas. Primero fue por tres meses, y luego por tres meses más, para subsanar ciertos temas, al parecer vinculados con el polígono de la ansiada declaratoria de humedal urbano.

Con el incendio que azotó Viña del Mar a fines de diciembre de 2022, el proceso siguió dilatándose, y nuevas intervenciones comenzaron a generar malestar entre quienes habitan en las cercanías del estero. El agua estancada y contaminada se ha convertido en caldo de cultivo para zancudos, mientras que por momentos el mal olor se ha extendido por varias cuadras a la redonda, transformándose en una bofetada de bienvenida para quienes ingresan a Reñaca.

El geógrafo Esteban Araya Silva ha sido uno de los principales defensores del humedal, y un testigo privilegiado del deterioro que ha sufrido en esta eterna espera por ser declarado humedal urbano. “La misma comunidad que de alguna forma estaba apoyando la idea de conservar el estero Reñaca y que sea declarado como humedal urbano ahora se pregunta si en verdad queremos conservarlo para que esté así, en estas condiciones. A algunos ya no les parece buena idea”, explica el integrante de organizaciones como el Observatorio de la Costa y la Fundación para la Integración del Patrimonio Natural y Cultural (FIPaNCu).

¿En qué estado se encuentra hoy este proceso de declaratoria del humedal urbano estero Reñaca?

Desde el Ministerio del Medio Ambiente nos informaron que se contrató una consultora porque el municipio había solicitado un polígono amplio, y ese polígono en realidad estaba mal delimitado, ya que no coincidía con los criterios de selección para los humedales urbanos. Ahora, eso es cierto, pero hay que tener ojo con ese discurso porque la solicitud de declaratoria para el humedal urbano del estero Reñaca se entregó antes que el Ministerio tuviese operativa su guía de criterios. Cuando el municipio entregó la solicitud, lo hizo con la mejor información disponible en ese momento en el que no estaba publicada la guía de criterios. Esta consultora iba a verificar y redelimitar el polígono del humedal.

Quedamos con la sensación de que existe un nuevo criterio por parte del Ministerio del Medio Ambiente. Un criterio que de alguna forma no está explícito en esta guía de criterios, pero que al final igual lo están aplicando: el Ministerio quiere proteger, pero idealmente lo que no mire, toque o roce nada que sea privado, y esto porque el Ministerio del Medio Ambiente ha recibido muchas objeciones a humedales ya declarados y a humedales que están en proceso de ser declarados por parte de privados, en su mayoría inmobiliarias. Ahí es donde nos preguntamos si la ley sirve realmente porque su objetivo era proteger los ecosistemas de humedales que estaban en áreas urbanas, que en su mayoría obviamente iban a estar cruzados o traslapados con sitios privados. Es preocupante porque qué se va a proteger del estero Reñaca cuando sabemos que está sumamente delimitado por la calle, y el sector en que el estero cruza por el Parque Natural Gómez Carreño es privado y está completamente loteado, al igual que en Reñaca Alto.

¿A la luz de estos antecedentes, qué es lo que finalmente podría ser protegido del estero Reñaca?

No lo sabemos, probablemente sea protegida la parte baja de la cuenca (desde su desembocadura hasta cerca de los inicios del denominado Parque Natural Gómez Carreño), lo cual tampoco es una protección muy efectiva porque todo lo que pueda ocurrir en la parte media o en la parte alta de la cuenca, va a repercutir en la parte baja y en la playa. El polígono original era bien grande porque incluía el estero completo con sus cuencas aportantes, y eso fue lo primero que objetaron. Pero es clave conservarlas porque el estero se alimenta de ellas y funciona como una cuenca. Entonces empezaron de alguna forma a tijeretear este polígono.

¿Qué consecuencias podría seguir trayendo la demora de la declaratoria?

Nos preocupa que hace pocos días la Red Plurinacional de Humedales de Chile sostuvo una reunión con el Ministerio del Medio Ambiente en donde justamente explicaron la situación de judicialización que tienen con los humedales y cómo está trabajando el Ministerio, cuáles van a ser los humedales que van a ser declarados el segundo semestre y, para sorpresa de nosotros, aunque no tanta la verdad, no está el estero Reñaca. Esto aumenta la incertidumbre y la preocupación porque ya vimos que con las últimas precipitaciones aumentó el caudal del estero y arrastró un montón de basura desde la parte alta de la cuenca.

Además, estamos próximos a una temporada en la que el estero recibe una presión mucho más grande (primavera-verano), donde también aumenta la presión sobre la playa, que tiene directa relación con el aporte sedimentario y de nutrientes que provee el estero Reñaca, y la playa Reñaca es una de las playas más erosionadas de la región. Si no se controla o se hace un plan de manejo de la playa, los datos dicen que en 15 años la playa va a desaparecer. Hoy las marejadas llegan hasta las terrazas y actualmente el Quinto Sector tiene un relleno constante porque están perdiendo playa. En el último verano se dieron otras situaciones, por ejemplo, el relleno de la playa en el primer sector para instalar una cancha de pádel. Hay una directa relación entre el estado del estero Reñaca y el estado de la playa.

¿Temen que finalmente esta declaratoria de humedal urbano queda en nada?

No, pero creemos que este año va a quedar en nada, por lo tanto, nuestra preocupación es el estado del estero. Quien se preocupa hoy del estero es el municipio, aunque también ahí hay falencias. Sobre el trabajo que realizó la consultora que fue contratada por el Ministerio del Medio Ambiente nos dijeron que a mediados de junio tenía que haber una respuesta, y que podía traducirse en una resolución o en un informe con observaciones que se tuviesen que subsanar. Nosotros creemos que eso fue lo que pasó porque no hay una resolución de declaratoria, pero tampoco no sabemos finalmente lo que se hizo.

Como comunidad nos preguntamos si se quiere proteger realmente el estero. Se dice que sí, pero qué es lo que se quiere proteger, ¿solo lo que sea público y que no genere una objeción en un futuro a través de un Tribunal Ambiental? La parte baja de la cuenca viene siendo el único lugar en que nadie te podría objetar porque es público. En la comunidad hay incertidumbre con respecto a qué va a pasar con el estero, y cuál va a ser el estado del estero en cuanto a su conservación por parte del municipio, porque no existe un ordenanza sobre el humedal en relación a lo que se puede y no se puede hacer.

¿Consideras que el municipio podría momentáneamente avanzar por ese lado?

El municipio está trabajando en una ordenanza ambiental, pero es una ordenanza ambiental general que incluye el tema de los humedales, no una ordenanza específica para el humedal. Lo que vamos a proponer al municipio es que frente a este escenario de no protección oficial declare como Reserva Natural Municipal (RENAMU) el estero, al menos en la parte baja. Si bien la RENAMU no una figura legal de protección, esta figura administrativa podría dotarlo con fiscalización y alguna forma de ordenanza de usos compatibles. ¿Qué tan efectivo es esto? Tenemos el caso de la desembocadura del río Aconcagua en Concón, que es humedal urbano, pero previo a esto también RENAMU, y guardando las proporciones, no es tan efectiva si es que no hay fiscalización.

¿Preocupa que se vuelva tan débil la ley de humedales urbano?

Ese es el mayor miedo que hay dentro de la Red Plurinacional de Humedales de Chile y las comunidades: la vulnerabilidad de la ley. Tenemos actores de peso, como la Cámara Chilena de la Construcción, que sale en los diarios diciendo que esta ley atenta contra el desarrollo, y que además tiene el poder de reunirse con tomadores de decisiones para de alguna forma combatir esta ley de humedales urbanos. La ley se hizo por la necesidad de proteger estos ecosistemas que son clave para el desarrollo. Recientemente tuvimos eventos de precipitaciones con isoterma alta que pueden repetirse en el futuro y que generaron inundaciones. ¿Pero dónde ocurrieron estas inundaciones? En zonas que fueron rellenadas, en bordes de río y desembocaduras. Los argumentos que da la Cámara Chilena de la Construcción, con este evento de precipitaciones, quedan inválidos, pero ellos siguen teniendo poder y vinculación con tomadores de decisiones.

Siguiendo con el manoseado concepto de desarrollo, hoy los estudios señalan que la playa Reñaca tiene una de las tasas de erosión más altas de la región de Valparaíso. En ese escenario, el desarrollo de Reñaca y de una de sus principales actividades económicas está estrechamente vinculado con la conservación del estero.

Hemos ido comunicando y haciendo entender a los actores que están en distintas partes de Reñaca esta relación directa que tiene la playa con el estero. La economía de Reñaca se mueve en función y uso de la playa, y cada vez hay menos playa. Van a tener que empezar a incurrir en gastos y en acciones para enfrentar eso. Además del relleno de la playa, ya hay algunos restaurantes que han tenido que invertir en defensas contra las marejadas, y todos los datos apuntan a que van a traducirse en eventos más repetitivos e intensos. ¿Cómo vamos a poder disminuir esos riesgos y la vulnerabilidad de ese sector si no tenemos conservado el ecosistema? El humedal no está ahí por estar, el humedal está ahí porque una de sus funciones es justamente amortiguar estos efectos de marejadas, de tsunamis, y aportar con sedimentos y nutrientes. El color de la playa Reñaca, este color dorado que le gusta a la gente, es gracias a los aportes sedimentarios del interior de la cuenca. Si perdemos el estero y el humedal, vamos a perder la playa Reñaca más rápido de lo que ya la estamos perdiendo. Hay que ser súper conscientes en torno a cómo conservamos todo esto.

Hoy falta hablar en Chile de la valoración económica que tienen los humedales. Ya que todo lo pasamos a plata, empecemos a pensar cuánto vale, cuánto cuesta lo que el humedal hace, entre comillas, gratuitamente. Cuánta plata ahorran los municipios, los gobiernos locales y los tomadores de decisiones teniendo ecosistemas e infraestructura verde que ayudan a amortiguar los efectos de las marejadas y otros riesgos. La conservación no es un obstáculo para el desarrollo, sino que es una herramienta, es un plus al desarrollo. ¿Cómo vamos a hacer de Reñaca o de Viña del Mar una ciudad mucho más sustentable y sostenible, que incorpore a su ordenamiento territorial y planificación urbana soluciones basadas en la naturaleza para disminuir riesgos, amenazas y vulnerabilidad? Porque no solamente se trata de crecimiento de infraestructura gris. Podemos tener ecosistemas resilientes en las ciudades si primero los reconocemos. No puede ser que cada vez que caen apenas tres gotas en Viña la noticia sea que el estero Marga Marga se llevó un auto. Voy a cumplir 35 años y desde que tengo uso de razón sé que el estero se lleva los autos que se dejan estacionados ahí. Pero esa no es la noticia, la noticia es por qué estamos usando un estero como estacionamiento, y lo mismo pasó en su momento en Reñaca, donde el humedal se usó como estacionamiento hasta diciembre de 2019, cuando logramos que el municipio lo cerrara.

Parte de la solución está en reconocer la existencia de estos ecosistemas, que sirven para algo, y en la medida que seamos conscientes para qué sirven, empezar a trabajar y a considerar al humedal dentro de las acciones de desarrollo o dentro de las políticas públicas. Dejar de pensar que es patrimonio escénico, simple escenografía. Está ahí porque cumple funciones, entonces planifiquemos considerando ese rol que cumple, más allá de que si es bonito paisajísticamente o no.

"Hoy falta hablar en Chile de la valoración económica que tienen los humedales. Ya que todo lo pasamos a plata, empecemos a pensar cuánto vale, cuánto cuesta lo que el humedal hace, entre comillas, gratuitamente. Cuánta plata ahorran los municipios, los gobiernos locales y los tomadores de decisiones teniendo ecosistemas e infraestructura verde que ayudan a amortiguar los efectos de las marejadas y otros riesgos. La conservación no es un obstáculo para el desarrollo, sino que es una herramienta, es un plus al desarrollo"

Esteban Araya Silva
Geógrafo

Crédito: Esteban Araya Silva.

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